Toda forma pictórica se inicia con un punto que se pone en movimiento […] el punto se mueve […] y surge la línea –la primera dimensión-. Si la línea se transforma en un plano, conseguimos un elemento bidimensional. En el salto del plano al espacio, el impacto hace brotar el volumen tridimensional […] un conjunto de energías cinéticas que cambian al punto en línea, a la línea en plano y el plano en una dimensión espacial.
Paul Klee, The Thinking Eye, 1961.
La interpolación lineal es un concepto matemático que consiste en hallar información dentro de un intervalo en el que conocemos los valores situados en sus extremos.
Si llevamos esta idea al terreno de la geometría concreta, podemos entenderla como una superposición de planos que nos remite a la manera en que estos se prolongan para producirse a sí mismos como un volumen que genera contornos; interrelaciones de formas y segmentos que se construyen como representaciones del espacio y del tiempo.
En este sentido interactúan algunas de las obras de Quirarte + Ornelas presentes en esta muestra: como una interpolación de módulos y estructuras creadas a partir de planos y líneas superpuestas que se refundan en ejercicios volumétricos variados (realizados en materiales como cartón y plásticos diversos), cuya conclusión vislumbramos cuando conocemos el proceso –de hecho, circular- que hay en el medio y que probablemente es el resultado más visible en términos de su producción como artistas.
Me refiero al registro pictórico de lo geométrico, lo cual se convierte en plano, forma y color, en donde líneas ortogonales terminan en planos superpuestos que orbitan en los extremos de esa línea interpolar cuyo resultado conocemos pero que refieren también a un tipo de circularidad, a una especie de eterno retorno, espiral, cuya búsqueda es redundar en las diversas maneras de apropiarnos como espectadores de objetos previamente construidos que son también representaciones pictórico-miméticas. Se asocian y disocian simultáneamente para ocupar un espacio de exhibición el cual indaga sobre ciertas particularidades de la representación, y su ser-en-el-mundo. Como podemos observar en la serie Extrapolación- Estructuras complementarias.
René Descartes enunciaba que para probar la existencia y por ende la capacidad de producir pensamiento era ineludible situarnos en algún punto infinito, en dónde las coordenadas espacio y tiempo se imbrican. Esta relación dialéctica como prueba de la existencia material de las cosas fue la predominante en el imaginario matemático de Occidente durante la modernidad. El ser, el tiempo y sus posibilidades de enunciación, ¿Necesitan ser representadas? Existen y podemos probarlo
¿Qué sucede cuando un objeto cotidiano (un lápiz, por ejemplo o un tubo de PVC) funda su existencia en sus condiciones de posibilidad de ser representado?
¿Qué significa la representación entonces para Quirarte + Ornelas?
Todas sus investigaciones formales son construcciones exhaustivas de un proceso concatenado de posibilidades que un objeto despliega en el espacio y el tiempo; en donde la dicotomía posición-orientación son cuestionadas desde lo volumétrico para dirigirse a lo planimétrico y de ahí volver al punto de partida, incorporando la experimentación con materiales cotidianos, fabricados serialmente que son cuestionados también en sus posibilidades para representar imaginarios concretos y abstractos que remiten a figuras básicas como el círculo o la línea , tal es el caso de las series, Estructuras modulares y Estructuras constructivas.
Redundar así, en posibilidades infinitas que emanan de rigurosos estudios formales, los cuales buscan confrontar la representación de un objeto, convierten a Interpolación lineal en un cuerpo de trabajo unitario, en donde la investigación para Quirarte + Ornelas no cesa; en donde la construcción de lo cotidiano se percibe como una totalidad porque los objetos y su condición de posibilidad, se vuelven un mero pretexto para enunciar un proceso en donde la forma en sí, es el propio contenido e historia de esos objetos que se encuentran ahí, intersectando el espacio desde su multiplicidad simbólica y no desde su cualidad de existencia.
Ariadna Ramonetti