El trabajo de Lisa es preciosamente atinado, cada movimiento de la lana que utiliza responde a su comunicación con el material. Su práctica no sólo muestra el entendimiento y conocimiento de los textiles, así como su manera de trabajarlos, sino que ejerce plena consciencia de su acto y del sentido por el cual realiza su trabajo.
En su ejercicio artístico existe una fuerza vital, una congruencia y una energía que fluye perfectamente a través de la técnica. La disciplina que Lisa ha ejercido desde hace varios años se encuentra alineada con su ser, por lo que en su trabajo continuo se percibe el vínculo con un orden antiguo que podríamos llamar tradición, independientemente de la dimensión temporal que conocemos.
Desde la gestación de “Hilando el vacío” el proyecto de Lisa se ligó genuinamente a su ser y a las experiencias que le atañen. Desde este punto sus manos conectan auténticamente con su centro, y su habilidad se alinea para que las piezas finamente elaboradas cobren sentido, y vida.
El trabajo se remite a la memoria, no sólo del material textil sino a la de la “psique”, que etimológicamente se refiere al “alma”. En un sentido ontológico, la psique conserva todo aquello que se manifiesta en la creación de la realidad, de uno mismo y del mundo alrededor. El desvanecimiento de los recuerdos nos lleva a conectar con los misterios de la existencia.
El textil ha sido para Lisa un objeto de estudio y práctica durante su vida, a través de los años ha llegado a conocerlo y conectar de manera rítmica y precisa, y esta maestría es evidente en sus piezas. Cada una de ellas tiene vida y personalidad, palpita y vibra de manera única, obedeciendo a la intención de la creadora.
*Proyecto apoyado por PECDA